sábado, 25 de marzo de 2023

Una piedra en el camino. 3/3

 

  El uso de sustancias animales contituyó, según Kraus, una innovación original de la alquimia yabirista. 

  C'est clans la théorie de l'élixir que consiste la vraie originalité de l'alchimie jabirienne. Contrairement aux alchimistes grecs  ainsi qu'à la plupart des alchimistes arabes, Jabir prétend que l'élixir peut-être produit non seulement à partir de substances minérales, mais encore à partir de substances végétales et animales. Et il donne la préférence aux élixirs produits à partir des substances animales, celles-ci possédant un degré d'organisation beaucoup plus élevé que les substances minérales et végétales.

   La identificación de la piedra no piedra con ellas se impuso en la alquimia árabe. En el Liber de septuaginta, uno de los textos árabes más antiguos y el más antiguo llegado al latín, es en cierta medida una colección de prácticas anteriores, que el autor simplemente recopiló sin cuestionamientos, las piedras animales que ya destacaban eran sangre, huevos y cabellos. Los partidarios de la sangre la consideraban la "piedra buscada, cuya preparación era la obra mayor"( «Ipsi dicunt quod eorum lapis est qui queritur et quod capitulum eorum est capitulum maius». Lib. 12, iudicii).  Los que practicaban con cabellos fueron más rotundos: «Dixerunt quidam quod capilli sunt lapis famosus. Et hoc est quod omnia que dixerunt in eo, inuenitur in capillis, et verum dixerunt in hoc. Sed cum non est lapis, sed lapis proprietates sunt similes proprietatibus istorum» (Lib. 13, applicationis).

  El Anima in alchimia atribuido a Avicenna, se movía con parámetros teóricos y prácticos similares a la obra yabirista. El Secretum secretorum aristotelista, que suponemos anterior, había propugnado una piedra animal, vegetal y mineral identificada con los huevos: el Anima identificó vada una de esas cualidades con las anteriores piedras: animal la sangre, natural (mineral) los huevos, vegetal los cabellos. Con todo la piedra no piedra, en el De anima era únicamente los cabellos, identificación que atribuyó a Geber. Para autorizar los huevos y la sangre recurrió a Aristóteles y Maurienus:

 

  (Dict. 1, cap. 5)  Sicut Geber dicit: Petra quae non es petra, quae invenitur in fimis, illa est petra philosophorum: et vult dicere propter capillos.

  Sicut dixit Aristoteles, duo lapides inventi sunt super fimos; unus reddit odorem bonum, alius malum; unus est ponderosus, alius levis et subtilis in oculis pauperum: si cognoscerent, servarent. Illi sunt lapides philosophorum: si quis agnosceret numquam indigeret. Hoc est dicere propter capillos et ova.

  Et Maurienus dixit: Noster lapis pretiosior aliis lapidibus et in omni loco invenies absconditum ubi prudenter inquisieris. Hoc est dicere propter sanguinem. Et quando dicit in omni loco est, hoc dixit quia est in corpore hominis.

 

  En latín, paralela a esta tradición sangre-cabellos-huevos, se difundió otra con el misterioso nombre de adebesi-rebis, cuya fuente árabe, quizás tardía y restringida, parece haberse perdido. Aunque ocasionalmente el adebesi sería la identificado con los cabellos, generalmente fue considerado un animal completo: la tortuga normalmente, aunque también el escorpión en la versión transmitida por la Semita recta.

   En Europa, con el abandono generalizado de las sustancias orgánicas, la identificación de la bendita piedra tomó otros rumbos, en general a partir de hipótesis que aunaban la especulación sobre su naturaleza mineral con la manera de fabricar la piedra filosofal.

  De entre la variedad de propuestas fue destacando, poco a poco hasta imponerse, la que dejó de considerar la piedra como una sustancia natural y la interpretó como un compuesto elaborado, el cual por simple cocción en vaso cerrado devendría elixir. Hubo algunas obras que expusieron esta elaboración, unas en claro, otras en oscuro, unas más detalladas, otras más difusas. Pero desde 1550 surgió la idea de que esta elaboración había sido ocultada y que para enmascarar la simple cocción, los autores habían descrito multitud de operaciones, vasos y hornos, todos ellos sofísticos. En esta primera obra pretendidamente ocultada, se elaboraba una sustancia que se dio en llamar primero agua mercurial, luego en las postrimerias disolvente alchaest. En una de sus variantes que lo diferenciaban del antiguo mercurio sublimado, este disolvente se elaboraba con el mercurio universal, equiparado al espíritu del mundo, que pululaba por el aire, cuyo padre era el sol y su madre la luna.

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  Nuestro propósito, en sucesivas aportaciones es hacer un seguimiento histórico de las difentes maneras de ser presentado el proceso que va de la piedra no piedra a la piedra filosofal, desde poco antes de 1300.  Durante el siglo XVII, época de publicaciones masivas, las obras útiles para este próposito fueron muy pocas: la mayoría fueron especulaciones, más o menos puntuales referidas a aspectos del proceso tal como lo entendieron sus autores, más o menos ajenas al proceso, pero sin propuestas prácticas. Este es un aspecto en el que no tenemos previsto entrar.

  El interés por la alquimia continuó y se fue apagando durante la primera mitad del siglo XVIII. Desde 1550, paralela a la alquimia se había ido desarrollando la química farmacéutica, que cobraba fuerzas mientras la alquimia se debilitaba, en las obra atribuida a Basilius, en las monumentales de Libavius, Mylius, Crollius, König, y se exponía en manuales como los de Glaser y Lemery, cuyas ediciones se sucedían a final del siglo XVII, cuando ya de alquimia apenas se publicaba nada.    

  Desde mediados del siglo XVIII ya no fue posible argumentar la transmutación y las pocas obras nuevas que fueron apareciendo se refugiaron en ideas ocultistas incipientes, que eclosionaron diversamente desde mediados del siglo XIX. El vigoroso ocultismo francés de finales de ese siglo se propuso revindicar la veracidad de saberes antiguos, unos reales abandonados por ineficientes, otros inventados. La alquimia fue una de las ciencias ocultas retomada con publicaciones por Papus y su entorno, en el que sobresalió Poisson. Hubo también otros grupos menos organizados y menos conocidos, como el que dio a la luz la obra de Fulcanelli.

  Por la misma época, coincidendo con el desarrollo de la química científica, la alquimia despertó un renovado interés histórico, algunos de cuyos autores eran químicos: en Alemania Kopp, en Francia Hoeffer y de manera especial Berthélot. Mientras tanto en Inglaterra Waite publicaba traducciones de numerosas obras, entre ella el Musaeum hermeticum y las obras alquímicas atribuidas a Paracelsus.

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  Este proyecto que hemos titulado Audiant secreti pretende seguir uno de los trayectos que conducen de la piedra no piedra a la piedra fisolofal, usando como hilo nuestra comprensión del proceso de Fulcanelli, especialmente el primer paso o elaboración del disolvente. Por esta razón vamos a presentarla ahora de forma breve, directa, sin argumentar:

  El disolvente o primer mercurio de Fulcanelli es el espíritu universal corporificado, pero aún sin especificar.  Este disolvente universal es el último imaginado, hasta donde sabemos, de una serie breve pero con multitud de pequeñas variantes, con capacidad de aislar un ente diversamente pensado, cuyo estado metálico natural más perfecto es el oro, al cual, la línea alquímica que seguiremos pretende que se puede ultraperfeccionar en la piedra filosofal.

  Corporificar un espíritu significa solidificarlo a fin de poderlo manipular. Los fracasos y diferentes maneras de pensar la teoría mineral llevaron a los antiguos a idear sucesivas pretendidamente efectivas de solidificar el mercurio mineral, maneras que, a nivel simbólicos, pueden servir para la corporificación del espíritu universal. Por ejemplo, el Flamel de las figuras optó por por Saturno.


  En esta operación el mercurio es fijado por un metal de las partes de Saturno, es decir, un mineral de plomo o antimonio. El uso de Saturno tiene argumentos simbólicos a favor: visto desde la mitología y a diferencia de la teoría alquímica,  el padre de los dioses metálicos no era Mercurio, sino Saturno, y era este quien realizó lo que se esperaba del disolvente: devorar sus hijos.

  Para su disolvente, Fulcanelli eligió la galena, a la que supuso de cualidades atractivas del espíritu (por lo que la llamó magnesia). Tal como la presentó, su operación era en todo similar a la del régulo estrellado de Filaleta, es decir, interpretamos que intervenían la galena, el hierro, dos sales, debía realizarse en primavera, luna en cuarto creciente, en noche estrellada sin viento, para que el producto presentara el signo de la corporificación del espíritu en la materia: la estrella.

   Con este mercurio disolvente Fulcanelli disolvía el oro (no literal; quizás el hierro) para extraerle y vivificarle su azufre. Este azufre unido a un segundo mercurio, siempre con las sales, forma el compuesto que sometido a cocción aumenta la energía espiritual, peso y fijeza del azufre. Reiterando tres veces obtenía la piedra filosofal final.

   La operación de la disolución del oro (real o simbólico) y su cocción, inmediata o diferida, las variedades de disolventes hasta llegar al universal, los posibles precedentes del mercurio segundo, conformarán el hilo que nos hará deternos en unos textos concretos. Fuera quedarán muchos otros procesos, pero de menos audiencia, algunos de obras muy prestigiosas a nivel de citas, tales como la Turba y Morienus. 


jueves, 16 de marzo de 2023

Una piedra en el camino. 2/3


  El siguiente texto del Liber claritatis traducido del árabe, atribuido a Geber, donde se designa la piedra con los calificativos divulgados de oculta, escondida y bendita, muestra la variedad de interpretaciones entre los alquimistas. En el texto no está explicitada la identificación,  pero parece dirigir al oro y la plata.


  6. De lapide absconso.

  De lapide absconso volumus dicere quod nullo modo potest fieri ars ista sine isto lapide et hoc credatis firmiter. Et sciatis quod lapis iste multum distat a longe, sed prope invenitur. Sed omnes alias res invenietis pro nichilo et pro magno foro. Et sic poteritis invenire cum pecunia et sine pecunia.

 

  Et iste lapis est quod non potest compleri ars sine isto lapide. Et hec est cantio philosophi: Accipe lapidem absconsum qui invenitur per totum mundum et cum isto poteris complere totam artem. Et iste lapis absconsus est lumen totius artis. Et hoc sciatis pro certo quod philosophi sunt omnes concordati insimul, et dicunt et affirmant quod ars ista altissima non potest compleri sine isto lapide absconso. Et omnes philosophi de mundo dicunt et confirmant quod nullo modo poterit aliquis levare artem istam sine lapide isto absconso. Et dicit philosophus : Si vos ueram artem desideratis habere, sine lapide isto non laboretis.

  Et dicit philosophus quod est lapis et non est lapis, et sic poteris emere et non emere;

et sic est alia causa et non est alia causa; et sic inuenitur per totum mundum.

  Et sciatis quod quidam magnus philosophus abscondit lapidem istum: et sic omnes illi qui non habent rectum sensum, et non intelligit et ignorat que causa sit ista, scilicet lapis iste absconsus. Et lapis iste inuenitur per pauperes et per divites, in mari et in terra, et per totum mundum invenitur. Et omnes gentes admirati sunt et de hac arte non intelligunt.

  Et sciant omnes homines qui volunt scire istam causam, quod imperatores, reges, admiralli, apportant super capita eorum. Et etiam puer quando nascitur, indiget habere rem istam. Et sciatis quod homo quando moritur necesse est ei, si de ergastulo isto honorifice vult exire et ad mundum alium transmigrare, de lapide isto habere conuenit. Et hec est emptio [?] de lapide supradicto philosophico.

  Et hic lapis dividitur in tribus partibus, in corpore et anima et spiritu. Et sicut homo constat ex quatuor elementis, scilicet terra et aqua et igne et aere, sic isti duo lapides constant ex quatuor elementis.

 

  Et istos duos lapides per totum mundum poteris invenire in multa quantitate, et in multis partibus reperiuntur. Et sciatis quod hec res valde cara est in manibus hominum, et levis est res, ideo quod satis reperitur. El sciatis et hoc firmiter credatis quod sine istis duobus lapidibus non poteris ducere artem ad perfectionem ullo modo.

   Et deus a toto mundo laudari debet, qui talem demostrauit in terram, quod si non fuissent isti duo lapides, mundus non posset esse ornatus et rectus.

 

  Et sciatis quod iste lapis est tota res absconsa que fugat obscuritatem totius domus, et sic reddit hominem ylarem et iocundum. Et sciatis quod si omnes homines cognoscerent lapides istos et suas virtutes, ars ista in mundo pro nichilo haberetur.

   Et sciatis omnes homines, quod deus demonstravit artem istam ad Adam et aliis bonis hominibus qui sunt de parte sua et sua precepta custodiunt, et sic demostrauit illis qui nichil habebant.

  Et hoc sciatis pro certo quod si quis hanc artem habuerit perfectam et cum magna gratia, poterit facere multa bona et committere multa mala; et etiam pauperes et diuites poterunt multa facere et expendere infinita.

  Et certe quidam monacus philosophus dixit, et quidam alius philosophus qui vocabatur Caladus, dixit quod nullo modo artem istam poteris ducere ad effectum sine istis duobus lapidibus.

  Et sicut vobis dixi veritatem, sic adiuvet deus nos et sic deus non permittat nos esse cum dyabolo in inferno.

  Et hoc sciatis firmiter, quod si a deo processerit, poteris facere una die vel duobus artem istam et ducere ad effectum.

  Et sciatis quod qui volunt intrare artem istam necesse est quod multa substineant in corde, et non sit rota precurrens statim cum venerit aliquod impedimentum pro unaquaque re sibi illata, et non videatur sibi grave substinere.

  Et si quis habet voluntatem ad artem istam accedendi, scire debet prius omnes naturas istius artis.

  Et sciatis quod abstinentia est unus angulus de arte ista de quatuor angulis, et si quis poterit substinere multa incommoda, supervenient in arte ista.

 

  7. De disputatione philosophorum.

 Disputaverunt philosophi de occulto lapide nostro benedicto, et non poterant concordare simul. Quidam philosophus dicebat quod una pars rubea faciebat solem et alia pars alba faciebat lunam, et poteris facere rubeam et albam.

  Et alius philosophus dixit: Bene credo, et si quis poterit venire ad artem istam perfectam, poterit rectificare omnes res per istos duos lapides absconsos. Et una parva res evenit de ea sicut de uno grano frumenti quod seminatur in terra et nascuntur inde 7 spice, et de unaquaque spica centum grana exeunt.

  Alius dixit: O fatua gens: Ad quid creditis tantam fatuitatem mundi? Pro amore dei non credatis quod sol possit fieri sine sole et luna sine luna.  Et multi dicunt quod est ferrum, unde hec ars efficitur, quoniam nullus homo potest viuere sine ferro.

  Et alii dicebant de rame, quod si nos haberemus ramem, faceremus magnam virtutem.

  Et quidam dicebant quod ista res fiebat de aqua, et mundus sine aqua stare non posset.

  Et alii dicebant quod de vitro faciebant magnam virtutem.

  Et alii quod erat sal, quia sine sale nullus potest viuere.

  Alii dicebant quod de terra oritur.

  Quidam dicebant quod erat frumentum et ordeum.

  Alii dicebant quod erat vinum.

  Et quidam dicebant quod erant alie res subtiles multum.

  Alii dicebant quod non posset esse nisi de illis qui sunt nati et creati de carne. Sed tamen videamus ex qua bestia possit fieri ista res. Omnes philosophi concordauerunt in istis 12 lapidibus, scilicet de ovo, de sanguine, de felle, de urina, de nervo, de cervella, de oculis, de spleno, de capillis, de cornu, de conquillis. Et sic sunt concordati quod unaquaque res habet in se quatuor qualitates.

  Et dixit Caleph philosophus quod nullo modo tingitur lapis sine lapide.

 

  6. Sobre la piedra escondida.

  Sobre la piedra escondida queremos decir que no puede hacerse esta arte sin esta piedra, y creedlo firmemente. Sabed que esta piedra está a mucha distancia, pero se encuentra cerca. Todas las otras cosas las encontraréis por poco o por mucho en ele mercado, de manera que las podéis obtener con dinero o sin dinero.

  Esta piedra es tal que no puede completarse esta obra sin esta piedra. Y esta es la cantinela de los filósofos: Toma la piedra escondida que se encuentra por todo el mundo y con ella podrás completar todo el arte. Ete lapis escondido es es la luz de todo el arte. Y sabed de cierto que los filósofos concuerdan todos  la vez, y dicen y afgirman que esta arte altísima no puede completarse sin esta piedra escondida. Y todos los filósofos del mundo dicen y confirman que de ninguna manera podrá nadie alcanzar esta arte sin esta piedra escondida. Y dice el filósofo: Si deseáis tener la verdadera arte, no trabajéis sin esta piedra.

  Y dice el filósofo que es piedra y no piedra; y así podrás comprarla y no comprarla; y así es otra causa y no es otra causa; y así se encuentra en todo el mundo.

  Y sabed que algún gran filósofo esconde esta piedra y así todos los que no tienen su sentido recto no lo entiende e ignora cuál es esta causa, o sea, la piedra escondida. Esta piedra la encuentran pobres y ricos en el mar y en la tierra y se encuentra por todo el mundo. .Es la admiración de todas las gentes y no entienden esta arte.

  Sepan todos los hobres que quieran saber esta causa, que emperadores, reyes, emires, la llevan sobre sus cabeza. También el niño al nacer necesita tener esta cosa. Y sabed que al hombre cuando muere le es necesario, si quiere salir con honra de esta prisión y emigrar al otro mundo, le convine tener esta piedra. Y esta es la compra [?] de la mencionada piedra filosófica.

  Esta piedra se divide en tres partes: cuerpo, alma y espíritu. E igual que el hombre consta de los cuatro elementos, a saber tgierra y agua y fuego y aire, así estas dos piedras constan de cuatro elementos.

  Estas dos piedras podrás encontrarlas por todo el mundo en mucha cantidad y se hallan en muchas partes. Y sabed que esta cosa es muy cara en manos de los hombres, y es una cosa liviana, de manera que se encuentra suficiente. Y sabed y creed firmemente que sin estas dos piedras no podrás llevar el arte a la perfección de ninguna manera.

  Y Dios debe ser alabado por todo el mundo, que tal cosa mostró en la tierra, pues si no existieran estas dos piedras, el mundo no podría estar adornado  y regido.

  Y sabed que esta piedra es toda una cosa escondida que disipa la oscuridad de toda la casa, y así hace al hombre sonriente y alegre. Y sabed que si todos los hombres conocieran estas piedras y sus virtudes, esta arte sería tenida en el mundo por nada.

  Y sabed todos los hombres que Dios mostró este arte a Adán y a todos los otros hombres buenos, que son sus partidarios y guardan sus preceptos, de manera que la mostró a quellos que no tenían nada.

  Y sabed con certeza que si alguien tuviera  esta arte perfecta y con abundante gracia, podría hacer muchos bienes y cometer muchos males; también ricos y pobres podrían hacer mucho y gastar infinitamente.

  Y ciertamente un cierto monje filósofo, y  otro filósofo llamado Caladus, dijo que esta arte no se puede llevar a efecto de ningún modo sin estas dos piedras.

  Y como os dije la verdad, así nos ayude Dios y no permita que estemos con el diablo en el infierno.

  Y sabed esto firmemente, que si provinese de Dios, podrías hacer esta arte en uno o dos día y llevarla a efecto.

  Y sabed que quienes quieren entrar en esta arte es preciso que sostengan muchas cosas en su corazón y no sea una rueda que se desplace en cuanto se presente algún impedimento a cada una de de las cosas emprendidas, y no se vea capaz de sostenerlas con gravedad.

  Si alguien tiene la voluntad de acceder a esta arte, debe conocer primero todas las naturalezas de este arte.

  Y sabed que la abstinencia es un ángulo de esta arte de cuatro ángulos, si alguien puede sostener las muchas incomodidades que sobrevienen en esta arte.

   7. Disputa de los filósofos.

  Los filósofos disputaron sobre nuestra piedra oculta bendita sin podeer llegar a un acuerdo juntos. Un filósofo decía que una parte roja hacía sol y otra parte blanca luna y podrás hacer roja y blanca.

  Otro filósofo dijo: Bien lo creo. Y si alguien pudiera llegar a esta arte perfecta, podría rectificar todas las cosas por estas dos piedras escondidas. Siendo una cosa perqueña, sucede con ella como con un grano de trigo, que se siemnbra en tierra y nacen de él 7 espigas y de cada espiga salen cien granos.

  Otro dijo:  O gente vanidosa: ¿Con qué objeto creéis en tanta vanidad del mundo? Por amor de Dios, no creáis que el sol pueda hacerse sin sol y luna sin luna.  Y muchos dicen que es el hierro con lo que se realiza esta arte, ya que ningún hombre puede vivir sin hierro.

  Otros decían del cobre, que si tuviéramos cobre  haríamos una gran virtud.

  Algunos decía que esta cosa se hacía con el agua y que el mundo no podría susbsistir sin agua.

  Otros decían que hacían con vidrio una gran virtud.

  Otros que era sal, ya que sin sal nadie puede vivir.

  Otros decían que nace de la tierra.

  Algunos decían que era trigo y cebada.

  Otros decían que era vino.

  Otros decían que eran otras cosas muy sutiles.

  Otros decían que no puede ser sino de los nacidos y creados de carne. Entonces veamos de qué bestia podría hacerse esta cosa. Todos los filósofos concordaron en estas 12 piedras: huevo, sangre, hiel, orina, nervio, cerebro, ojos, bazo, cabellos, cuerno, conchas. Y estuvieron de acuerdo en que cada cosa tiene en sí las cuatro cualidades.

  Y dijo el filósofo Caleph que de ninguna manera es teñida una piedra sin piedra. 


miércoles, 8 de marzo de 2023

Una piedra en el camino. 1/3.


   En la ciencia natural antigua se daba el nombre de piedras a los minerales en estado natural y algunos elaborados de uso común, como los metales o el vidrio. Ese fue también el uso en la alquimia griega y, juzgando por Rasis, y también en los orígenes árabes. Pero los alquimistas monistas, los que partían de una sola sustancia y buscaban un solo elixir, dieron el nombre de piedra su materia prima. Finalmente el nombre se extendió a todas las sustancias de uso en alquimia, tanto si eran minerales, animales o vegetales.

  A partir de la expresión piedra no piedra, el término piedra, en solitario, adquirió un sentido enigmático y, dependiendo de los autores, fue aplicado a sustancias a todo lo largo del proceso alquímico, desde la materia inicial natural (por ejemplo, el mercurio-Hg) hasta la materia final, la piedra filosofal.

  El nombre común de la piedra no piedra, piedra bendita, piedra oculta, piedra de los filósofos, fue silenciado por unos, pero declarado por otros, y esto ya desde la época bizantina. Pero para el alquimista unicista dar un nombre vulgar es tanto como rotularlo de inútil para alquimistas posteriores. Si se quiere continuar con el misterio, si se quiere aparentar ser un hierofante, no se puede declarar públiamente el misterio.

   En general se admite que la obra alquímica preservada atribuida a Demócrito es un epítome tardío cuyo original se remontaría a la segunda mitad del siglo II dC. Esta obra abarcaba cuatro temas acerca de la fabricación de sustancias preciosas: púrpura, oro, plata y gemas. Tanto para el oro como la plata, lo que se tiene es un conjunto de recetas de mezclas y aleaciones de varias sustancias, cada una aportando una cualidad al producto final. Eran recetas artesanales:  nada que se pareciera a un elixir único o privilegiado, ni a una sustancia única o privilegiada y muy alejadas de una teoría formada, si se excluyen los vagos axiomas de Ostanes.

  No obstante, a Demócrito le fue atribuido haberse referido a una elusiva sustancia descrita como piedra no piedra, que haría historia:

    C'est pour ces raisons que mon excellent (maître), Démocrite, distingue lui-même et dit:  Reçois cette pierre qui n'est pas une pierre, cette chose précieuse qui n'a pas de valeur, cet objet polymorphe qui n'a point de forme, cet inconnu qui est connu de tous, qui a plusieurs noms et qui n'a pas de nom. (CAAG, 3,6,6.  Zósimo añadió: «Je veux parler de l'aphrosélinon»).

 

 Hortus sanitatis (1491)

   Esta cita fue transmitida en la Turba por el maestro Pitágoras, y al pasar al latin el afroselino (lit. espuma de luna) se conviritó en esputo de luna. 

    Sermo 13. Una illa res in unoquoque intrat regimine; quae ubique invenitur, quae la pis est et non lapis, vilis et pretiosa, obscura, celata et a quolibet nota, unius nominis et multorum nominum: quae est sputum lunae. Hic igitur lapis non est lapis, et quamquam pretiosus est, nihilo venditur.

  (Esa cosa única entra en cada régimen, se envcuentra en todas partes, es una pidra no pidra, vil y preciosa, oscura, ocultada y conocida por culquiera, de un nombre y de muchos nombres.. Es la saliva de luna. Esta piedra no es piedra y anque preciosaes, se vende por nada.)

    Griegos, árabes y latinos se dejaron seducir por el enigma y se fueron sucediendo las identificaciones. Otro fragmento, también atribuido a Zósimo, donde se expone un proceso para obtener la cal de alabastro, dice de ella:

    Vous détenez le mystère incommunicable auquel personne parmi les prophètes n’a osé initier par la parole: il les faisaient seulement par leurs procédés gestuels. Car cet élement capital, ils l’appellaient dans leurs écrits obliques la pierre qui n’est pas une pierre, celle  qui est inconnaisable et connue de tous, celle qui est indigne d’honneur et  très honorée, celle qui n’est pas un cadeau, tout en étant un cadeau divin.

   Las primeras menciones carecían de un contexto de aplicación, de manera que los alquimistas, al parecer ya desde Zósimo, se vieron obligados a adivinar no solo su naturaleza, sino también su uso en la obra. Dos de las suposiciones fueron: un agente indipensable para realizar las transformaciones requeridas, como aparece en la mencionada Turba; una sustancia natural que contenía solo ella todo lo necesario para la obra, como en el Secretum secretorum de “Aristóteles”, donde la piedra fue identificada  con los huevos.

    O Alexander, tibi tradere volo secretorum maximum secretum, et divina potentia iuuet te ad perficiendum propositum et ad celandum archanum. Accipe ergo lapidem animalem, vegetabilem et mineralem, qui non est lapis nec habet naturam lapidis. Et iste lapis quodammodo assimilatur lapidibus montium, minerarum et plantarum et animalium, et reperitur in quolibet loco et in quolibet tempore et in quolibet homine. Et convertibilis est in quemlibet colorem. Et in se continet omnia elementa et dicitur minor mundus. Et ego nominabo ipsum nomine suo quo nominat ipsum vulgus, scilicet, terminus ovi, hoc est dicere, ovum philosophorum.

  (Alejandro, quiero transmitirte el máximo secreto de los secretos. Que el divino poder te ayude a alcanzar tu propósito y y ocultar el arcano. Toma pues la pidra animal, vegetal y mineral, que no es piedra ni tiene naturaleza de piedra. Esta piedra en cierta manera es semejante a las piedras de los montes, de las minas, de las plantas y de los animales, y se encuentra en cualquier lugar y en cualquier tiempo y en cualquier hombre. Es convertible en cualquier color y contine en sí todos los elementos y es llamada mundo menor. Yo  te la nombraré con el mismo nombre que se la llama corrientemente, es dicr, el término del huevo, es decir, el huevo de los filósofos.)

   Es conocido el pasaje de Morienus, en el que respondió a Chalid sobre la cosa única:

   Haec enim res a te extrahitur: cuius minera tu existis; apud te enim illam inveniunt et, ut verius confitear, a te accipiunt.

   (Esta sustancia se extrae de ti: tu eres su mina, en ti la encuentran y en verdad de ti la toman.)

    La fuente probable de este pasaje se encuentra citada en Senior (quizás dos siglos anterior a Morienus). Un rey-maestro, transcrito como Marchos dio a un rey-discípulo (Sohalta) una descripción similar, que Senior interpretó como el agua: 

  Senior, 1560, p. 73: «[Sohalta] Interrogavit regem Marchos de cognitione lapidis.

  “Omnis homo, inquit, cognoscit illum et apud unumquemque est de cognitione eius utilitas que non est apud alium. Vtilitas vero quam queris non est nisi apud dominos barbi, id est, doctiores”.

   Et dixit scilicet: “Domine mi rex: Invenitur quando queritur?”

   Respondit etiam Marchos: “Non est in mundo quae cognoscitur quam illa. Unusquisque et omnis homo indiget ea et est apud illum, nec potest etiam esse sine illo».

   Intendit philosophus omnia quae dicit aquam: invenitur enim aqua in omni loco, in vallibus, in montibus et apud divitem et pauperem, robustum et debilem. Et talibus similitudinibus utuntur omnes sapientes in lapide suo, qui est spiritus humidus. 

([interrogó al rey sobre el conocimiento de la piedra.

 “Todo hombre, dijo, la conoce, en cada uno está y en cada uno hay un conocimiento de ella que no hay en otro. Pero la utilidad que buscas solo la conocen los señores del templo, es decir, los doctores.”

  Y le dijo: “Señor rey mío: ¿Se la encuentra cuando se la busca?”

  Respondió Marchos: “Nada en el mundo es tan conocido como ella. Todos y cada uno de los hombre la necesita y está en él y no puede existir sin ella”.

  En todo lo qu dice el filósofo se refiere al algua: El se encuentra en todo lugar, en valles y montes, en el rico y en el pobre, el fuerte y el débil. Todos los sabios usan tales similitudes de su piedra, que es un espíritu húmedo.) 

   Este pasaje se encuentra también refundido en un fragmento árabe dedicado a la piedra: 

   Berthelot & Houdas, CMA 3, p. 124. Interrogé par Safendja, roi du Saïd, Marqouch, roi d'Égypte, fils de Tsebet, roi d'Abyssinie, répondit: Il n'y a rien d'aussi commun, dans ce monde, que cette chose mystérieuse; elle se trouve en plus grande quantité que n'importe quoi sur la surface du globe; il y en a chez le riche et chez le pauvre, chez le voyageur et chez celui qui est sédentaire. Sans elle, tous les êtres créés mourraient.

  Este mismo texto tiene la siguiente cita de María:

   Marie la Sage, fille du roi Saba, disait: C'est une chose mystérieuse, admirable; elle est méprisée, on la foule aux pieds. Mais ce mépris qu'on a pour elle est une faveur du ciel, qui fait qu'elle est ignorée des sots et qu'elle demeure oubliée.