lunes, 5 de diciembre de 2022

Auri sacra ... ars, an fames an utraque?

 

  Desde el punto de vista de la literatura, el objetivo primero principal de los alquimistas fue elaborar artificialmente oro y plata. Para conseguirlo los alquimistas se hubieron de interesar por otras cosas que también forman parte de la literatura: materias a usar, operaciones e instrumentos.

  A efectos clasificatorios, y para delimitar los textos a tener en cuenta, nostros distinguimos dos métodos para fabricar metales nobles: por mezclas de diversas materias y por elixires transmutatorios. Consideramos que es una mezcla cuando el metal se obtiene mezclando simultáneamente más de dos sustancias. De esta clase no hay muchos ejemplos. Cuando solo intervienen dos sustancias simultáneamente, una de ellas es un metal bajo, la otra el elixir previamente elaborado.

  Con respecto a los elixires, dividimos los textos en dos grupos: uno admite elixires múltiples (alquimia pluricista, plurialquimia, plurielixires) de similar valor; una variante de este admite elixires múltiples, pero considera especialmente potente a uno solo de ellos (alquimia henocista, henoalquimia, henoelixir); el otro admite solo el henoelixir anterior (alquimia unicista, monoalquimia, monolelixir), considerando falsos los demás elixires.

  Los dos grupos coexisten poco menos que desde su origen. En la literatura griega conservada, la más antigua, la de “Demóscrito”, describe polielixires, pero es fragmentaria. Autores posteriores, quizás Zósimo, atribuyeron a “Demócrito” una sustancia misteriosa llamada piedra no piedra, con la que fabricar un elixir potente. Sinesio, un autor posterior pero cercano a Zósimo, rechazaba lo que no era operar con mercurio. El siguiente pasaje expone su cualidad disolvente, purificadora, de extracción de la tintura metálica y de adhesión irreductible a los metales:

  [Trad. Ruelle]     De même que la cire affecte la couleur qu'elle a reçue ; de même aussi le mercure, ô philosophe, blanchit tous les corps et attire leurs âmes; il les digère par la cuisson et s'en empare. Etant donc disposé convenablement, et possédant en lui-même le principe de toute liquidité, lorsqu'il a subi la décomposition, il opère partout le change-ment des couleurs. Il forme le fond perma-nent, tandis que les couleurs n'ont pas de fondement propre. Ou plutôt le mercure, perdant son fondement propre, devient un sujet modifiable par les traitements exécutés sur les corps métalliques et sur leurs matières.

 

   [...] Le mercure travaillé par nous reçoit toutes sortes de formes. Fixé sur un corps formé des quatre éléments, ainsi qu'il a été dit, il y demeure fermement attaché et il est impossible de l'en chasser : il est à la fois dominé et dominant.

 

  [Trad. Martelli (2013)]   As wax takes any colour it receives, in the same way mercury does also, O philosopher; it whitens all substances, draws to itself and absorbs their souls. Since it is processed with the appro-priate tools and holds in itself all the mois-tures and sustains the macerating process, it takes in exchange all the colours and becomes their support, because they are unsubstantial. Rather, exactly when mercury loses its substance [lit. becomes unsubstantial], then it may be retained [by the metallic bodies] by means of the treatments carried out using the bodies and their matters [i.e. constituents].

 

   [...] The mercury that we produce with art takes any form and remains - as I said - fixed and strictly bound together with the tetrastoichos [i.e. the alloy formed by the four elements (metals)], which it masters and by which it is mastered.

  En la primera literatura latina, traducida del árabe o autóctona, puede señalarse desde el punto de vista de la forma las siguientes características generales:

- Los textos multielixires son descriptivos, recetarios, sin teoría o muy poca. Pueden tener una sección inicial  en defensa de la posibilidad de la transmutación.

- Los textos monoelixir son expositivos, mayoritariamente especulativos, con teorías más o menos claras, pero práctica oscura y confusa. La sección sobre la defensa de la alquimia es sustituida por una defensa de la unicidad: los filósofos siempre han hablado de una sola cosa con variedad de nombres y alegorías para confundir a los indignos, por ello hay que saber encontrar el sentido que le quisieron dar los autores, y no atenerse a la literalidad, como hacen los fatuos pluricistas. 

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   Desde 1560 hasta principios del siglo XVII hubo un movimiento literario alquímico, quizás de alquimistas en contacto, cuya particularidad de estar en francés y con seudónimo, unos recuperando nombres de alquimistas, otros creando sus propias leyendas. Las dos primeras obras de esta serie fueron publicadas en 1567: una a nombre de un alquimista alemán de finales del siglo XIV de nombre Berhardus, conocido por una epistola alquímica responsiva al médico regio Thomas de Bononia; otra tenía por autor un Denis Zachaire (o similar). Ambos contenían extensas biografías alquímicas, mitad al menos inventadas.  En 1612 se publicaron tres nuevas obras, estas de contenido más alquímico: una atribuida a un Flamel, qua había aparecido en la escena alquímica en 1561 con un poema; otra atribuida a un Artefius, legendario longevo gracias Rogerus y convertido en alquimista por este mismo; otra a un Synesius, abbé grec. 

  El Sinesio griego era conocido en latín desde la traducción de Pizzimenti (1573), pero allí no era sacerdote, por consiguiente este Synesius considerado abbé fue identificado como el Sinesio corresponsal de Hipatia. De las tres obras, las de Artefio llegaría a ser muy famosa, la de Flamel quizás más el personaje que la propia obra, la de Sinesio pasó poco menos que desapercibida.

  El proceso del elixir único es similar, en esquema, a muchas obras divulgadas de esa época y posteriores. En Artefio el punto de partida era el primer agente, el que silenció Abrahm el judío y a Flamel  le costó no pocas fatigas descubrirlo, y que fue descrito por Artefius repetida e insistente siempre con los mismos términos vagos. Este agente era por entonces llamada agua mercurial, que Sinesio presentó como materia intermedia entre metal y el mercurio, la primera de las materias requeridas.

  laquelle matiere est l’instrument  qui accomplira nostre desir, si nous la preparons.

   En esa época, aunque no se exponía en claro su origen, todo señalaba insistentemente a un origen celeste, especialmente solar, y al aire como su vehículo.  

   et pource, ceux  que travaillent en cest art sans iceluy medium, perdent toute leur peine. Mais s’ils cognoissent ce medium ,toutes choses leur seront possibles et propices. Sache que ce medium se treuve estant aerien avec les corps celestes [...] de l’essence duquel les philosophes ont parlé seulement par similitudes et figures.  

 

  Esta agua mercurial era indispensable para elaborar la materia de la medicina, que es el mercurio metálico, llamado aquí filosofal, extrayéndolo de los metales nobles, donde más abunda.

   Note que nous avons deux corps de tres grande perfection remplis de vif argent: doncs d’eux tire ton vif argent et tu en feras la medecine, appellee d’aucuns quintessence.

   La medicina se obtiene por cocción de este mercure philosophal o primera y única materia preparada alquímicamente. Esta cocción es la operación única a la que los antiguos dieron múltiples nombres para inducir a error, tópico unicista que “Sinesio” describió así:    

   Note que dissoudre, calciner, teindre, blanchir, refraichir, baigner, laver, coaguler, imbiber, cuire, fixer, broyer, desseicher et distiller sont une et mesme chose, et ne veulent signifier  rien plus que cuire la nature jusqu’à ce qu’elle soit parfaicte.

   La práctica de este libro es expositiva, es decir, no recetaria, y para nosotros confusa. A grandes rasgos se distinguen tres fases: la primera la ya mencionada putrefacción, realizada por la llamada cocción. La segunda es la piedra al blanco, la tercera al rojo. En estas dos la cocción no parece intervenir.

  Aunque los unicistas siempre mencionaban un elixir, en realidad había dos diferentes opcionales, uno al blanco y otro al rojo. Para actuar como elixires, las piedras anteriores debían someterse a fermentación, pero ni la composición de los fermentos ni la operación fueron explicados por el autor.


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