miércoles, 8 de marzo de 2023

Una piedra en el camino. 1/3.


   En la ciencia natural antigua se daba el nombre de piedras a los minerales en estado natural y algunos elaborados de uso común, como los metales o el vidrio. Ese fue también el uso en la alquimia griega y, juzgando por Rasis, y también en los orígenes árabes. Pero los alquimistas monistas, los que partían de una sola sustancia y buscaban un solo elixir, dieron el nombre de piedra su materia prima. Finalmente el nombre se extendió a todas las sustancias de uso en alquimia, tanto si eran minerales, animales o vegetales.

  A partir de la expresión piedra no piedra, el término piedra, en solitario, adquirió un sentido enigmático y, dependiendo de los autores, fue aplicado a sustancias a todo lo largo del proceso alquímico, desde la materia inicial natural (por ejemplo, el mercurio-Hg) hasta la materia final, la piedra filosofal.

  El nombre común de la piedra no piedra, piedra bendita, piedra oculta, piedra de los filósofos, fue silenciado por unos, pero declarado por otros, y esto ya desde la época bizantina. Pero para el alquimista unicista dar un nombre vulgar es tanto como rotularlo de inútil para alquimistas posteriores. Si se quiere continuar con el misterio, si se quiere aparentar ser un hierofante, no se puede declarar públiamente el misterio.

   En general se admite que la obra alquímica preservada atribuida a Demócrito es un epítome tardío cuyo original se remontaría a la segunda mitad del siglo II dC. Esta obra abarcaba cuatro temas acerca de la fabricación de sustancias preciosas: púrpura, oro, plata y gemas. Tanto para el oro como la plata, lo que se tiene es un conjunto de recetas de mezclas y aleaciones de varias sustancias, cada una aportando una cualidad al producto final. Eran recetas artesanales:  nada que se pareciera a un elixir único o privilegiado, ni a una sustancia única o privilegiada y muy alejadas de una teoría formada, si se excluyen los vagos axiomas de Ostanes.

  No obstante, a Demócrito le fue atribuido haberse referido a una elusiva sustancia descrita como piedra no piedra, que haría historia:

    C'est pour ces raisons que mon excellent (maître), Démocrite, distingue lui-même et dit:  Reçois cette pierre qui n'est pas une pierre, cette chose précieuse qui n'a pas de valeur, cet objet polymorphe qui n'a point de forme, cet inconnu qui est connu de tous, qui a plusieurs noms et qui n'a pas de nom. (CAAG, 3,6,6.  Zósimo añadió: «Je veux parler de l'aphrosélinon»).

 

 Hortus sanitatis (1491)

   Esta cita fue transmitida en la Turba por el maestro Pitágoras, y al pasar al latin el afroselino (lit. espuma de luna) se conviritó en esputo de luna. 

    Sermo 13. Una illa res in unoquoque intrat regimine; quae ubique invenitur, quae la pis est et non lapis, vilis et pretiosa, obscura, celata et a quolibet nota, unius nominis et multorum nominum: quae est sputum lunae. Hic igitur lapis non est lapis, et quamquam pretiosus est, nihilo venditur.

  (Esa cosa única entra en cada régimen, se envcuentra en todas partes, es una pidra no pidra, vil y preciosa, oscura, ocultada y conocida por culquiera, de un nombre y de muchos nombres.. Es la saliva de luna. Esta piedra no es piedra y anque preciosaes, se vende por nada.)

    Griegos, árabes y latinos se dejaron seducir por el enigma y se fueron sucediendo las identificaciones. Otro fragmento, también atribuido a Zósimo, donde se expone un proceso para obtener la cal de alabastro, dice de ella:

    Vous détenez le mystère incommunicable auquel personne parmi les prophètes n’a osé initier par la parole: il les faisaient seulement par leurs procédés gestuels. Car cet élement capital, ils l’appellaient dans leurs écrits obliques la pierre qui n’est pas une pierre, celle  qui est inconnaisable et connue de tous, celle qui est indigne d’honneur et  très honorée, celle qui n’est pas un cadeau, tout en étant un cadeau divin.

   Las primeras menciones carecían de un contexto de aplicación, de manera que los alquimistas, al parecer ya desde Zósimo, se vieron obligados a adivinar no solo su naturaleza, sino también su uso en la obra. Dos de las suposiciones fueron: un agente indipensable para realizar las transformaciones requeridas, como aparece en la mencionada Turba; una sustancia natural que contenía solo ella todo lo necesario para la obra, como en el Secretum secretorum de “Aristóteles”, donde la piedra fue identificada  con los huevos.

    O Alexander, tibi tradere volo secretorum maximum secretum, et divina potentia iuuet te ad perficiendum propositum et ad celandum archanum. Accipe ergo lapidem animalem, vegetabilem et mineralem, qui non est lapis nec habet naturam lapidis. Et iste lapis quodammodo assimilatur lapidibus montium, minerarum et plantarum et animalium, et reperitur in quolibet loco et in quolibet tempore et in quolibet homine. Et convertibilis est in quemlibet colorem. Et in se continet omnia elementa et dicitur minor mundus. Et ego nominabo ipsum nomine suo quo nominat ipsum vulgus, scilicet, terminus ovi, hoc est dicere, ovum philosophorum.

  (Alejandro, quiero transmitirte el máximo secreto de los secretos. Que el divino poder te ayude a alcanzar tu propósito y y ocultar el arcano. Toma pues la pidra animal, vegetal y mineral, que no es piedra ni tiene naturaleza de piedra. Esta piedra en cierta manera es semejante a las piedras de los montes, de las minas, de las plantas y de los animales, y se encuentra en cualquier lugar y en cualquier tiempo y en cualquier hombre. Es convertible en cualquier color y contine en sí todos los elementos y es llamada mundo menor. Yo  te la nombraré con el mismo nombre que se la llama corrientemente, es dicr, el término del huevo, es decir, el huevo de los filósofos.)

   Es conocido el pasaje de Morienus, en el que respondió a Chalid sobre la cosa única:

   Haec enim res a te extrahitur: cuius minera tu existis; apud te enim illam inveniunt et, ut verius confitear, a te accipiunt.

   (Esta sustancia se extrae de ti: tu eres su mina, en ti la encuentran y en verdad de ti la toman.)

    La fuente probable de este pasaje se encuentra citada en Senior (quizás dos siglos anterior a Morienus). Un rey-maestro, transcrito como Marchos dio a un rey-discípulo (Sohalta) una descripción similar, que Senior interpretó como el agua: 

  Senior, 1560, p. 73: «[Sohalta] Interrogavit regem Marchos de cognitione lapidis.

  “Omnis homo, inquit, cognoscit illum et apud unumquemque est de cognitione eius utilitas que non est apud alium. Vtilitas vero quam queris non est nisi apud dominos barbi, id est, doctiores”.

   Et dixit scilicet: “Domine mi rex: Invenitur quando queritur?”

   Respondit etiam Marchos: “Non est in mundo quae cognoscitur quam illa. Unusquisque et omnis homo indiget ea et est apud illum, nec potest etiam esse sine illo».

   Intendit philosophus omnia quae dicit aquam: invenitur enim aqua in omni loco, in vallibus, in montibus et apud divitem et pauperem, robustum et debilem. Et talibus similitudinibus utuntur omnes sapientes in lapide suo, qui est spiritus humidus. 

([interrogó al rey sobre el conocimiento de la piedra.

 “Todo hombre, dijo, la conoce, en cada uno está y en cada uno hay un conocimiento de ella que no hay en otro. Pero la utilidad que buscas solo la conocen los señores del templo, es decir, los doctores.”

  Y le dijo: “Señor rey mío: ¿Se la encuentra cuando se la busca?”

  Respondió Marchos: “Nada en el mundo es tan conocido como ella. Todos y cada uno de los hombre la necesita y está en él y no puede existir sin ella”.

  En todo lo qu dice el filósofo se refiere al algua: El se encuentra en todo lugar, en valles y montes, en el rico y en el pobre, el fuerte y el débil. Todos los sabios usan tales similitudes de su piedra, que es un espíritu húmedo.) 

   Este pasaje se encuentra también refundido en un fragmento árabe dedicado a la piedra: 

   Berthelot & Houdas, CMA 3, p. 124. Interrogé par Safendja, roi du Saïd, Marqouch, roi d'Égypte, fils de Tsebet, roi d'Abyssinie, répondit: Il n'y a rien d'aussi commun, dans ce monde, que cette chose mystérieuse; elle se trouve en plus grande quantité que n'importe quoi sur la surface du globe; il y en a chez le riche et chez le pauvre, chez le voyageur et chez celui qui est sédentaire. Sans elle, tous les êtres créés mourraient.

  Este mismo texto tiene la siguiente cita de María:

   Marie la Sage, fille du roi Saba, disait: C'est une chose mystérieuse, admirable; elle est méprisée, on la foule aux pieds. Mais ce mépris qu'on a pour elle est une faveur du ciel, qui fait qu'elle est ignorée des sots et qu'elle demeure oubliée.


1 comentario:

Albo Argentum dijo...

hola , buenas tardes.
vengo a agradecer y felicitar por el exlcente y muy interesante contenido que nos comparte. A quienes practicamos el Arte nos es de una ayuda muy grande.
Quisiera preguntar: sabe qué fue del blogg Naturales y mistica? no lo enceuntro, y tenía material muy semejante .
Un cordial Saludo.-